miércoles, 9 de mayo de 2012

Día 671

¡Hola pelones!

Vuelvo después de estar desaparecido en combate. Mis revisiones, analíticas y resultados siguen yendo bien. Mañana de nuevo tengo chequeo, y a ver que me cuentan.

Hace un par de semanas me subieron la dosis de metotrexate porque mis cifras se mantenían y podíamos permitírnoslo, y últimamente siento una sensación de cansancio permanente muy grande. Pero bueno, ya se sabe: quimioterapia y sus "maravillosos" efectos secundarios.
Por lo demás, poco me puedo quejar.

Bueno, de algo si me "quejo": mi impaciencia. Resulta que según las cuentas de los médicos y las mías propias, acabaré (¡¡¡POR FÍN!!! y si todo va bien) el tratamiento en septiembre. Es algo aproximado, semana arriba, semana abajo. Pero claro, después de tantos días en esto (671 ni más ni menos), en algún momento se me hace todo muy pesado. Y para aliviar la pesadez empecé a contar hacia atrás, tachando días prácticamente. Pero esa cuenta atrás ha comenzado demasiado pronto y parece que los días no pasan. Y yo, que soy muy impaciente... pues eso. Que salgo de Málaga y me meto en Malagón.

Aunque cuándo le doy la vuelta a la tortilla me siento enormemente feliz. Que mis mayores problemas sean que me siento cansado y que se me está haciendo largo el final de este proceso, es realmente una alegría. Son nimiedades, y por supuesto no pienso dedicarle más de cinco minutos cada semana a esa gratificante tarea del quejarme, porque estoy seguro de que muchísimos darían lo que fuese por encontrarse a estas alturas de tratamiento como yo. 
Y hay que ser agradecido, porque quizás no he sido la persona que más fácil lo ha tenido en su lucha contra la leucemia, porque muchas cosas no han ido saliendo como deberían haber salido, ni he marcado bien los tiempos, y he tenido muchas complicaciones. Pero aquí estoy, con fuerzas y ganas suficientes para elegir entre quejarme o sonreir.

Y acordaos todos, de que "hoy nos toca reír", y ese hoy, significa siempre.
Dad la vuelta a la tortilla, que todo tiene un lado positivo. Sólo hay que saber verlo. Y por supuesto, encontrándolo, la energía positiva hará el resto del trabajo.

Un beso pelones. Muy, muy grande.