martes, 16 de agosto de 2011

Edu ¡GRANDE, PELÓN!


Hoy... hoy no nos toca reír. Al menos a mí.
Hoy ha sido probablemente el peor día de todos desde que empezó esta lucha. Un día triste, horrible, melancólico. Un día que no tendría que haber llegado nunca.

Casi todos (por no decir todos) conoceréis la lucha de mi hermano pelón, Edu. Hoy, a las 16:59 su madre, Rosa, me ha llamado para decirme que nos ha dejado. Un ángel, mi ángel de 34 años y melena, se ha puesto las alas antes de tiempo.

El día 25 haría cuatro meses desde que le realizaron el trasplante, todo se le complicó desde el principio, y sin embargo cuándo ya veíamos un poco la luz... una infección se lo ha llevado.
Ha luchado como un jodido valiente, hasta el final y sobre todo, desde el principio.

No sé cómo explicar la sensación que he sentido yendo al tanatorio. No era allí dónde tendría que haber ido a verle, no era allí dónde tenía que aparecer su nombre. No, no era ese lugar.
Y menos aún sé como explicar cómo me he sentido cuándo su madre me ha abrazado y besado, deseando que me recuperase, que por favor lo hiciese. Y Edu se nos acababa de ir...

Podría estar horas escribiendo los muchos momentos que hemos pasado juntos. Ahora mismo no paran de pasar por mi cabeza las alegrías y las tristezas que hemos compartido. Su primer ingreso fue en mi habitación, era el primer paciente joven que llegaba a la sexta, y fue para mí un punto de inflexión. Me dio las ganas y fuerzas que necesitaba por aquel entonces...
Ingresados nos juntábamos por la noche a comer magdalenas "destrangis", fuera quedábamos para tomar café. Al estilo jubilado, pero más gordos y calvísimos. Y siempre acababa con un "pacharancín", menudo crack.
Estos últimos meses los hemos pasado peor... en un hospital que no era el nuestro, ya que iba a verle al Puerta de Hierro. Hicimos planes, pensamos cosas que hacer cuándo volviésemos a ser jóvenes y sexys. Siempre acabábamos riéndonos de nosotros mismos. Y sin embargo ya... no podrá ser.

No quiero desanimar a nadie, todos sabemos que cada uno somos un mundo y aunque es muy difícil no vale darse por vencido. Él no ha podido, pero también hay que tener muy claro que lo ha intentado. Ha defendido la vida como nunca pude llegar a imaginar que se pudiese hacer, hasta agotar la última de sus fuerzas.
Ahora, dónde quiera que esté sé que no me va a dejar sólo, y que a vosotros tampoco. Suena a tópicazo, lo sé, pero tengo esa certeza.

Los ViP's del Príncipe de Asturias, sus enfermeras y sus doctores lo van a echar mucho de menos. Porque simplemente era imposible no quererle.

Hoy en mi casa hay mucha pena, porque se le quiere mucho aquí, a él y a su familia. Hemos compartido este camino paralelo. Y yo... yo juro Vendetta, por mí, y por él. Porque la Leucemia no va a ganar.
Y aunque ahora no puedo hacer otra cosa que no sea llorar... siempre vas a estar en mis mejores momentos.

Lo mejor es la última imagen que tengo de él: no he querido mirarle dormir en el Tanatorio. Hace 15 días le dieron un permiso y con sus pocas fuerzas nos fuimos a tomar un café. Luego le llevé a su casa, y allí se quedó, tumbado en el sofá. Hasta la próxima.

Edu, genio y figura.



Fenómeno, hasta que nos volvamos a ver. Dentro de mucho, espero, pero... de adiós, nada.


(Escuchad la canción que adjunto... no tiene desperdicio. Es de una cantautora genial, María Rozalén y canta para Edu...)

martes, 2 de agosto de 2011

Día 388

VEINTIUNO



¡Hola pelones! Hoy hace veintiún veranos que nací.
Justamente hoy, hace un año, me daban el alta, después de mi primer ingreso (en aislamiento). Ese fue el mejor regalo que hubiese podido esperar.
Hoy, un año después, me he despertado en mi cama, encontrándome bien y creo que aunque no venga envuelto en un paquete y con un lacito, no podría imaginar un regalo mejor.

Todo marcha correctamente, llevo unos días sin parar porque aunque acaba de empezar agosto, me da miedo que mi verano haya podido acabarse. Además el cuerpo me acompaña y no puedo desaprovechar ni un instante.

El caso es que me da miedo de que se me acabe el chollo porque el viernes toca reinducción (que bueno... al fin y al cabo luego vienen unos diítas malos y se acabó), pero le acompaña mi fantástica amiga (nótese la ironía) triple intratecal de la que tanto me he quejado por estos lares. Es el dolor que no me apetece sentir el viernes a primera hora, y los efectos secundarios, como ese horrible dolor de cabeza, que deja la dichosa inyección como huella, cada vez que nos vemos.
Vamos, que como se tuerza un poco el asunto, el verano se acaba a la de ya. Aunque espero que no sea así.

Eso sí, todo tiene un lado bueno: antepenúltima reinducción, penúltima intratecal, la recta final cada vez más corta. Un apretoncito y seguimos restando... ¡octubre se acerca y puede traer muchas alegrías consigo!


Me alegro de seguir soplando velas y de compartirlo con vosotros, pelones. Os invito a un cíber-cachito de tarta a todos.
El jueves iré a repartir besos al hospital, que me toca analítica, y gente de allí está siendo muy recordada hoy en casa.

Así que nada, toda mi energía para vosotros. ¡Mucha fuerza, mis valientes!